El modelo de enseñanza altamente eficaz, ITI (“Integrated Thematic Instruction”) de Susan Kovalik es un modelo basado en la biología del aprendizaje, utiliza estrategias efectivas de instrucción y el desarrollo del curriculum conceptual. Las estrategias de enseñanza se alínean con la forma en que el cerebro humano aprende.
Se busca desarrollar el curriculum anclándolo a un “yearlong theme” (hilo conductor anual) y ofrecer experiencias relevantes logrando de esta manera que el aprendizaje sea significativo. Sabemos que el aprendizaje es una asociación inseparable entre el cerebro y el cuerpo, por eso los elementos compatibles con el cerebro son la principal forma de traducir la investigación de la neurociencia en el aula.
Conociendo las capacidades y habilidades de nuestros alumnos y teniendo en cuenta la forma en la que ellos aprenden es que debemos pensar en un cambio de técnicas para elegir cuál es el método más adecuado para cada uno de nuestros grupos.
Una de ellas es la descubierta por el Dr. Howard Gardner, autor del Proyecto Zero y de la Teoría de las Inteligencias Múltiples (1983).
Gardner afirma que la inteligencia es una capacidad que se puede adquirir. Todos nacemos con unas potencialidades marcadas por la genética que se desarrollan de una u otra manera, dependiendo del medio ambiente, experiencias, educación, desempeño y hábitos de cada persona. Ningún deportista, matemático, artista o ecologista llega a la cima sin entrenamiento, por más que sus cualidades naturales sean muy buenas.
Gardner añade que, así como hay muchos tipos de problemas para resolver, también hay muchos tipos de inteligencias a desarrollar. Hasta hoy, él y su equipo investigativo de la Universidad de Harvard han identificado nueve tipos distintos de inteligencias:
Intrapersonal
Interpersonal
Lógico-matemática
Lingüística
Naturalista
Visual espacial
Kinestésica
Musical
Existencialista
La amenaza, real o percibida, restringe significativamente las habilidades de los estudiantes para participar plenamente en el proceso de aprendizaje. Los docentes deben orquestar un ambiente de aprendizaje seguro y libre de ansiedad, donde la amenaza no esté presente y todos los participantes se sientan seguros para compartir, aprender, explorar. Existe en el ámbito escolar una cultura de respeto.
El contenido del material que se enseña es significativo para los alumnos cuando puede ser experimentado, proporcionando así un contexto de la vida real e involucrando a los estudiantes en el proceso.
El contenido significativo lo determina cada alumno, cava profundamente en la motivación intrínseca, y proporciona un enfoque para que el cerebro esté siempre activo, aprovechando la atención y canalizando el esfuerzo.
El entorno de aprendizaje debe reflejar un ambiente saludable, acogedor y confortable que proporcione un área de inmersión con recursos de los cuales los estudiantes puedan aprender. Se busca hacer hincapié en lugares, personas y objetos reales para proporcionar un verdadero aprendizaje. El ambiente enriquecido, es “brain compatible” porque tiene áreas designadas para una mayor exploración de material, trabajo en grupo, proyectos en equipo, reflexión y movimiento.
La investigación actual del cerebro ha revelado que el cuerpo y la mente son una asociación: uno no se puede desarrollar sin el otro. Esto ha confirmado la importancia del movimiento en un entorno de aprendizaje.
Es fundamental para cada función cerebral, incluida la memoria, la emoción, el lenguaje y el aprendizaje.
El alumno debe tener el tiempo suficiente para poder explorar, comprender y usar ideas e información. Lleva tiempo extraer patrones significativos y programas útiles.
Es responsabilidad del maestro darle a cada alumno el tiempo adecuado para clasificar la información, establecer el significado, desarrollar un programa mental para usar y recordar lo aprendido, y luego aplicarlo a su propia vida.
Los alumnos trabajan juntos para lograr un objetivo en común, permitiendo el desarrollo de habilidades en exploración, comunicación, interacción y resolución de problemas. La colaboración ayuda a que el aprendizaje sea significativo para cada uno de los miembros del grupo.
La retroalimentación debe ser inmediata y continua para garantizar un aprendizaje efectivo logrando que los alumnos les expliquen a otros lo que aprendieron.
Es un elemento necesario en el entorno de aprendizaje exitoso, ya que ayuda al alumno a detectar los cambios necesarios para seguir avanzando.
El enfoque debe centrarse en lo que el alumno entiende, aprende y cómo logra aplicar ese aprendizaje. Un enfoque en el dominio asegura que los estudiantes adquieran programas mentales para usar lo que se aprende en situaciones de la vida real y que dichos programas se almacenen en la memoria a largo plazo.